Esta semana tuvo como aspecto más relevante el fin de exámenes. Claro que para ello hubo que esperar al jueves...
Quitando el lunes, que fuimos con Isaac a comprar a otro Lidl que nos cae más cerca, el resto de días me los pegué metida en casa estudiando.
Lo que más rabia me da de esto es que no te trae cuenta estudiar como tal, porque llegas al examen y te pregunta cualquier chorrada. En este que tuvimos nos dejó entrar a las dos juntas, nos dio a elegir tema relacionado con la asigantura y por decir 2 ó 3 puntos, nos puso un 27. Así que... ¡a leer y a subrayar se ha dicho!
Claro que no esta suerte tiene todo el mundo. Mi amiga Enisa, de Albania, que lleva cinco años estudiando aquí, me ha contado que por ser de donde es le han puesto menos nota de la que se merecía, o que simplemente le han denegado el derecho a hacerlo. Muy fuerte y muy injusto...
Hablando de ella, el viernes fuimos Rocío, Isaac y yo a hacerle una visita a Cremona, una pequeña ciudad del sur de Lombardía, donde vive con su hermana y su cuñado.
Nos invitaron a comer, incluido un dulce típico de Albania, cuyo nombre es imposible de recordar y de pronunciar, pero es una especie de masa gelatinosa hecha con azúcar, cuyo centro contiene unas nueces enteras, todo ello recubierto con azúcar glas. Estaba muy bueno pero llenaba un montón.
Pero lo que más me llamó la atención es que a los invitados no los dejan sentarse dándole la espalda a la puerta. No sé por qué, y es algo que me gustaría "investigar".
Para terminar nos prepararon de una manera bastante peculiar un café turco. Digo peculiar porque utilizó una pequeña cacerola conocida como "cevze". Era muy espeso pero estaba rico también. Cuando nos lo bebimos, Enisa dio la vuelta a las tazas y cuando se fue todo el líquido restante, quedando sólo los posos, nos leyó el fondo de la taza, según la disposición de los posos. No es algo en lo que crea fervientemente, pero le resulta entretenido.
Después de esto nos fuimos a conocer Cremona. Como ya he dicho antes, no es muy grande, pero tiene su encanto, como cualquier ciudad. Èsta es importante porque ahí nació la familia Stradivari, creadores de los violiones Stradivarius.
Ahora os enseño la ciudad a través de unas cuantas imágenes:
Ciao, ciao! ;)
25 de febrero de 2011, 2:13
Origen merece la pena verla entera y del tirón. Para mi es una de las mejores pelis que he visto nunca jeje.
Ohh chocolateeeeeeeeeeee..... que riiiiiico. Menos mal que no estuve allí porque sino, como tú dices, lo pasaría fatal. Me los querría comer tooodos jejeje.
Weno aventurera, me despido, un besazoo. Se felizz
28 de febrero de 2011, 6:04
Gracias, Saray, por comentarme las entradas! :D
21 de marzo de 2011, 5:35
Chocooolaaateeee!! :P Uf, si hasta ahora te envidiaba un poquito... después de esta entrada te envio casi por completo!! XD jeje, me alegro que vaya todo chupi, ahora sigo leyendo las demás entradas :)