Despedidas y otros problemas "sin importancia"...

Otra vez vuelvo a retrasarme unas cuantas semanas en actualizar,esta vez con un motivo de peso. 
Pero antes de hablar de eso, voy a seguir por donde me quedé.
Como anuncié en la anterior entrada, Cristina era la primera que abandonaba el barco. Comimos con ella ese día y la acompañamos todos a la estación, en donde tras darle una bandera de Italia y una agenda con dedicatorias de todos nosotros, la despedimos. Además Michele se permitió el lujo de correr a lo largo de la vía mientras la agarraba de la mano. Muy bonito...y muy divertido! 
Nos quedamos con Ainhoa, que se quedaba una semana más. Pero aún así se notaba el vacío de Cristina...
El martes no salí porque tenía un examen al día siguiente, el cual después de estar esperando 9 horas suspendí. Qué rabia...
Por la noche salí a "la movida", que se celebra todos los miércoles en Vía D´Azeglio. Los bares y tiendas de esa calle sacan todo fuera, hay conciertos y demás. Era la primera vez que iba, y la verdad que hay mucho ambiente. No sé de dónde sale tanta gente, sinceramente. 
El jueves fuimos a una fiesta gastronómica multicultural que se celebraba en un pueblecito a pocos kilómetros de Parma: Collecchio. 


 El plato estrella, al menos para nosotros, eran los tortelli (pasta rellena, en este caso de ricota y espinacas).



Lo que se ve al lado son unos dulces, si es que se le puede llamar así, de origen africano. Digo que no se le podría llamar dulce porque unos picaban, otros eran salados...no me hicieron mucha gracia!
La degustación se llevó a cabo en un parque muy bonito y, al menos para mí, original. Había en cautividad muchos conejos, un pequeño corral con asnos, vacas y cabras, la típica jaula de patos y gallos, y un pequeño estanque con infinidad de ranas. Veramente bello! 
Al día siguiente, viernes, teníamos el examen de "Informatica Applicata", que casi no hacemos porque nos quedamos dormidas. Afortunadamente lo aprobamos y, para celebrar ese pequeño parón de exámenes que teníamos hasta primeros de julio, me dormí una siesta de más de 5 horas, sin comer y sin nada.
El fin de semana estuvo muy tranquilo, yendo a dar paseos por la Pilotta o por el centro, comiendo helados y demás. Pensamos ir a "Le Cinque Terre", que sólo habíamos visto Monterosso, pero se nos fue el tren por apenas cinco minutos. Teníamos pensado hacer un camino, de al menos 3-5 horas, que recorre los cinco pueblos. Dos de esos caminos son muy famosos: el de la amistad y el del amor. Dicen que si la pareja hace el camino entero, su amor durará para siempre. Leyendas, como tantas otras...
Y, así, terminó otra semana y comenzó otra. 
El lunes montamos una cena en casa con los italianos, cuyos platos estrella fueron la paella y unas crepes con fresas que nos preparó Michele. Para rematar la faena montamos una batalla de harina en la cocina. La peor parte se la llevó Rocío, que le echaron hasta nata por encima...Argh! 




El martes, que era el último día que Ainhoa estaba con nosotras, quisimos ir al Spritz, como siempre, pero cómo se notaba que ya la gente se ha ido yendo...no había ni un alma! Así que al final acabamos en la Pilotta, que ahora que llega el calor cobra mucha vida.
El miércoles se fue Ainhoa. El esquema fue exactamente el mismo que cuando se fue Cristina: comida con ella y la acompañamos a la estación. Y también Michele hizo lo de correr por la vía. Ahora sí que nos quedábamos solillas...
El jueves fuimos a ver nuestra película en italiano, en un cine abierto que hay en Vía D´Azeglio. Cada día ponen una película, de las actuales, y en esta ocasión tocó "Il Grinta" ("Valor de Ley"), de los hermanos Coen. Con el carné de estudiante se nos quedó a buen precio: 4,50€.  Espero repetir antes de irme.
Después nos fuimos a una fiesta que se celebraba en otro pueblo cercano que se llama Sorbolo. No era gran cosa: un recinto cerrado con conciertos, puestos de cerveza y de otras cosas.  El punto emocionante lo puso Michele y sus artes al volante. Madre mía...  Luego acabamos en su casa viendo el anuario del instituto. Qué piiiintas!!jaja.
El sábado volvimos a Sorbolo, ya que la fiesta duraba tres días. Después lo redondeamos comiendo un "bombolone al cioccolato bianco". Mamma mia...ché buono!  
Y ahora voy a empezar a hablar del problema. El 5 de julio (como para no acordarme del día) estaba tranquilamente viendo un capítulo de Prison Break cuando de repente se me apaga el ordenador. Pensé que era porque del calor se había sobrecalentado o algo, así que me dispuse a hacerme la comida. Casualmente me dio por asomarme a la ventana y vi que estaba en la puerta Stefania, la antigua compañera de piso. A los pocos minutos escucho que llaman a la puerta, pero no al timbre, sino con los nudillos, y ya cuando le abro me dice que acaba de cortar la luz y el agua porque se tenía que ir a Inglaterra, le había dicho infinidad de veces a Vincenzo que había que hacer el cambio de nombre y también se pensaba que ya estábamos en España. Vamos, que nos lió una buena... 
Conseguimos sobrevivir en esas condiciones dos días a base de botellas de agua. En apenas unas semanas pasé de tener que ducharme con ollas porque no tenía agua caliente a ducharme con botellas porque no tenía agua. Qué ruina! 
Vincenzo decidió irse porque hacer otro contrato para menos de un mes no traía cuenta, y nosotras no nos íbamos a quedar ahí, así que nos pusimos manos a la obra en busca de otro hogar. 
Dimos con Agostino, un italiano tutor Erasmus, que tenía una habitación libre, aunque al inicio no nos pudo alojar porque tenía visita, así que tuvimos que buscarnos otro sitio para esos cuatro días que no teníamos dónde ir. Acabamos en casa de Kelly, en pleno centro. Durmimos en un sofá cama incómodo, aunque ya en la recta final le cogí cariño...
El último día de nuestra estancia allí fuimos a una feria que se celebraba en San Illario. Ahí probamos "il gnoccho", que es una pasta que se frie. Es muy simple pero es muy típico de esta zona y está muy rica.
Una vez que pudimos irnos a casa de este chaval, Michele nos ayudó con el coche a llevar todo a la nueva vivienda, que está tan cercana a la estación que desde nuestra ventana se ven pasar. Pensé que iba a ser más rollo pero no es tan molesto como parece. Además nos viene muy bien para cuando nos tengamos que ir...  
Pero vamos, que la casa está mucho mejor que la otra y este compañero de piso no tiene nada que ver con el otro, así que estamos contenta. Por mucho que la Erasmus nos quiera poner impedimentos, está claro que sabemos superarlos! :)
En esta semana también hay que hablar de algo que me pasaba muchísimo en España y que aquí todavía no me había pasado: me he caido, pero con la bicicleta. Además fue una caída muy tonta: fui a girar, no calculé bien las distancias, supongo que porque era de noche, rocé el pedal con el bordillo de la acera, y se me volcó la bici lentamente hasta que aterricé, eso sí, sobre bolsas de basura. Argh...chè schifo! 
Y ya por último tuvimos fiesta en casa de Gustavo. Lo de Mich y su capacidad de quedarse dormido sin inmutarse me parece increible. ¿Cómo es posible que alguien quede tan cansado que se caiga de sueño al suelo y siga durmiendo, y que entre varios tengas que levantarlo y ponerlo en otro sitio? Pues sí, lo es! También la pobre Rocío se cayó, de la forma más enrevesada posible, después de que Mich la cogiera a burro y se le cayera hacia delante, de boca. Menos mal que no le pasó nada...
Os presento a Estella, la bigel de Gustavo...




 


Para terminar la semana nada como unas buenas crepes con nutella en casa de Michele mientras hacíamos zapping en Sky (la tv satélite de Italia). 
Y con un pequeño puñado de harina...


...me despido hasta la entrada siguiente! ;)
 


P.D: oh, no! Comienza la cuenta atrás. 8 días...

1 Response to "Despedidas y otros problemas "sin importancia"..."

  1. Emilia Silva says:
    19 de diciembre de 2011, 12:16

    Ola Alicia tu blog está excelente, me gustaría enlazarlo en mis sitios de turismo. Por mi parte te pediría un enlace hacia mis web y asi beneficiar ambas.

    Espero tu respuesta a munekitacat@gmail.com
    Un abrazoo
    Emilia

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