23ª semana.

Esta semana la he tenido muy libre por lo que comenté en la entrada anterior de que las nuevas asignaturas comenzaban la primera semana de abril. He tenido alguna que otra, eso sí, pero más bien han sido vacaciones.
El lunes solamente fui a clase de italiano por la tarde, y después fuimos Rocío, Cristina, Ainhoa, Amadeo y yo al sitio de los aperitivos.
Amadeo es un chico de Huesca que a lo primero te decía que venía a estudiar Economía, después que estaba buscando trabajo y ya, para terminar, te decía la verdad: viene a disfrutar de la experiencia con su amigo Marcos, que él sí ha venido de Erasmus. ¡Y muy bien que hace! :)
El martes por la tarde me perdí la bendición del cura. Os explico: la semana pasada vimos un cartel pegado en la puerta de casa que decía que ese martes venía el párroco a bendecir a las familias. Hombre, yo sabía que Italia era así muy religiosa y tal, pero...¡no que teníamos "curas a domicilio"! Mi reacción fue muy atea, sólo digo eso...
Ya por la noche salimos al "Spritz", un local así pequeñito y tranquilo que ahora, con el buen tiempo que hace, se apetece mucho. He aquí que conocí "a un ragazzo chiamato Michele", que estudia idiomas, con lo que conoce el español y demás. Ha hecho una Erasmus en Francia, y salir a las fiestas estas es su forma de seguir conectado a la "vida Erasmus".
Después de una larga e intensa noche, en la que cambié mi bicicleta por otra, volvimos a casita, tan cansados que al día siguiente sólo tuvimos fuerzas para ir a cenar a casa de Cristina y Ainhoa, a la que también fueron Marcos y Amadeo. Nos recogimos pronto porque Rocío tenía que recoger al día siguiente temprano a dos amigos suyos que venían de visita.
Y aquí empezó el cachondeo padre, porque estuve desde esa noche hasta el sábado por la noche sin verlos. Y vosotros pensaréis..¿y cómo es posible eso, si vivis juntas? ¡Pues yo tampoco me lo explico! Porque ni aposta se consigue...
El caso que como el jueves me quedaba sola, estas dos señoritas me invitaron a comer, aunque luego se alargó a merienda, cena, dormir y desayuno. Cosas que pasan...
El viernes al mediodía volví a casa, pensando que a lo mejor tendría suerte y los vería, porque ya me entraba curiosidad, pero no. En su lugar me encontré a Vincenzo en la puerta de casa, que por segunda vez se le habían olvidado las llaves en casa. Me dijo hasta que me quería. Qué fácil es hacer feliz a la gente! :)
Eso sí, me dijo también algo de un monumento. Espero verlo terminado antes de que me vaya...
Por la noche tuve cena en casa de Amadeo y Marcos con gente de otras cenas, y ya después nos fuimos por ahi a tomar algo, pero fue de esos días en los que no sale bien la cosa. De hecho estuve por irme, pero aguanté.
El sábado solamente quedé con Isaac para ir a la Pilotta con el ordenador y mirar unas cosillas, que hacía un día maravilloso, y después un heladito. Ahora entran de maravilla, sí señor!
Y ya el domingo, para terminar, invité a comer a Cristina a casa porque Ainhoa se había ido con sus amigas a Bologna. Después salimos a dar una vuelta, que había a la vuelta de mi casa un mercadillo en el que vendían...¡hasta depuradoras de agua! :O
El resto del tiempo lo echamos dando una vuelta, saludando a gente (me pasó una situación embarazosa que prefiero no contar), un heladito, después al aperitivi para despedirme de las amigas de Ainhoa y ale...otra semanita que termina! :)
Como podéis ver, esta semana he ido de casa en casa y de cena en cena...jiji.



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